El propósito de este proyecto es, a través de un póster, representar lo que para un arquitecto dado, en nuestro caso Frank O Gehry, es el concepto de belleza. Para él, el término belleza es conflictivo debido a que es muy amplio y da espacio a la interpretación del observador. Por ejemplo, lo que para él es bello o feo, para otra persona puede ser lo contrario. Además, el término “bello” tiene una connotación de “bonito y suave” y él no lo encuentra necesario en un edificio. Esto se evidencia en su lenguaje arquitectónico, que se caracteriza por su estética tosca y dura que, aunque ha evolucionado en algo más refinado y elegante con el tiempo, sigue sintiéndose ajeno a la noción tradicional de belleza, como el Museo Guggenheim Bilbao.